jueves, 4 de agosto de 2016

END - Capítulo IV - Parte 3.

Denian salió del edifico y siguió las huellas marcadas sobre la nieve de aquellos extraños hombres hasta el monstruo de hormigón en que habían decidido refugiarse.
Subió con cuidado y en silencio las estrechas escaleras que ascendían hasta que escuchó voces en la planta superior a la suya, en la décima.
Sonaban graves y enfadadas y él no conseguía entender lo que decían, parecían estar hablando en otro idioma.
Desenvainó su espada y subió los doce escalones que había hasta la planta superior.
Había tres puertas que posiblemente diesen a tres zonas distintas pero las voces venía de la del centro, la que había justo frente al chico pelirrojo.
Este acercó el oído a la madera podrida y rota y escuchó. Definitivamente hablaban en otro idioma o un dialecto muy distinto al suyo y que no conocía.
Denian giró el picaporte y entró de un salto en un pasillo alargado y en el que había decenas de trozos de madera tirados por los suelos, al fondo estaban los dos desconocidos con sus largos abrigos y sus máscaras de gas cubriéndoles el rostro.
Miraron al chico extrañados durante unos segundos y después uno de ellos metió la mano bajo su abrigo hasta que pasados unos segundos sacó un artilugio con forma de L y una especie de cilindro que parecía tener algo dentro. Accionó una especie de gatillo en lo que Denian tardaba en parpadear y presionó una pequeña palanca con el dedo que provocó una fuerte explosión que retumbó por todo el edifico e inundó aquel lugar con un fuerte olor a pólvora.
Denian cayó de rodillas apretándose el estómago y los dos enmascarados le dieron la espalda.
El chico estaba sangrando y sentía un enorme dolor que le hacía retorcerse pero aún así pudo oír como una puerta se abría y después se cerraba. Colocó una mano contra la pared y como pudo se puso en pie sin dejar de apretarse la herida.
Tenía algo dentro que parecía estar ahí, incrustado, así que puso su espalda contra el viejo hormigón que se comenzaba a convertir en polvo e introdujo sus dedos dentro de la abertura que había en su estómago.
Denian no pudo reprimir un grito de dolor cuando tocó algo de metal en su interior y comenzó a estirar hacia afuera. Un centímetro, dos centímetros, cuatro, seis, ocho, diez...doce...y por fin estaba fuera aquella pieza de metal amorfa.
No había tiempo para lamentarse ni curarse así que Denian envainó su espada y comenzó a arrastrarse por aquel pasillo hasta que llegó a una especie de sala de estar rectángular.
Había una mesa de metal y varias sillas a su alrededor. Sobre la mesita había dos botellas en las que parecía haber algún tipo de alcohol y en cuyas etiquetas se leía Heineken, justo al lado de estas había varios cigarrillos esparcidos y algunos apagados sobre una pieza de metal redonda.
A la derecha de Denian había una vieja puerta de madera verde con el picaporte dorado con algunos extraños símbolos dibujados en él, era por ahí por donde sus agresores habían huido.
El pelirrojo empuñó uno de sus cuchillos y cuando atravesó la puerta un gran haz de luz lo hizo retroceder.
Oscuridad.




Para los que os incorporéis ahora, recuerdo:
Ésta novela la comencé con motivo del NaNoWrimo y cuando llevaba unas 20.000 palabras la dejé ahí, en la estacada. No he vuelto a tocarla desde entonces, pero era y es una novela que uso para evadirme y escribir al boleo, con incongruencias incluso y seguiré haciéndolo apartir de ahora hasta terminarla y subiré una parte semanal, los jueves, hasta que me quede sin capítulos escritos o la acabe. También la subiré a Wattpad para los que prefiráis esa plataforma que tengo abandonada y cuando la termine definitivamente subiré un PDF con la novela completa al blog.
Disfrutadla sin buscarle mucho sentido, que es lo que hay que hacer con ella.
Añado:
Mi forma de escribir ha cambiado muchísimo, hace casi un año y además esta novela fue escrita sin cuidado, sin pulir, sin darle el cariño que merecía y espero algún día poder reescribir todo esto y darle el mimo que merece.
Aún queda mucho para que lleguemos a lo que escribí hace dos semanas, pero estoy deseando que lo veáis. 
PD: Espero poder traeros pronto algo en lo que estoy trabajando y que trato como a mi hijo predilecto, a ver si hay suerte y no pierdo la inspiración que tanto he esperado para retomarlo.



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