lunes, 13 de junio de 2016

Un gato entre guerras y libros.

Primo de Rivera impuso su dictadura ya, con el consentimiento de aquel rey tan inepto que relegó sus poderes, ¿quién hace eso? Por suerte unos años después se instauró algo que llaman República, al parecer es un sistema de gobierno sin rey y les gusta mucho el morado.
Un tal Mola, que no Mola ha comenzó un golpe de estado con un tal Sanjurjo, que de santo tiene poco, y uno que se llama Franco, que es mi preferido ya que de franco tiene poco, dicen que habrá una guerra civil.
Hace unos años, antes de que empezara lo que llaman la primera guerra mundial surgió un periodo artístico que renovó todos los géneros literarios que había en Europa, lo denominaron Las Vanguardias algunos las llamaban ismos y eran un conjunto de movimientos que rechazaban los arcaicismos literarios y llevaban consigo un divertido proceso de experimentación, escribiendo todo aquello que se te ocurría.
Mis preferidas son el creacionismo, el cual es de origen hispánico y aspiraba a crear la realidad dentro de la propia obra y para ello se servía de muchos juegos lingüísticos.
También me gusta muchísimo el surrealismo el cual nació en la patria de mi querido Baudelaire, Francia, y pretende expresar emociones y pensamientos del subconsciente. Estos franceses, siempre tan intrínsecos y sentimentales...
Con Las Vanguardias surgieron grandes novelas y novelistas que no hacían si no experimentar y beber mucho whisky, como es el caso de Kafka con La Metamorfosis, una novela que cuenta como un hombre se convierte en cucaracha, nunca la entendí... Y también estña por ahí, pérdido, James Joyce con ese libro tan pesado y lento que llamó Ulises, ¿cómo pueden gustar tanto novelas tan raras? De verdad...como gato que soy nunca entenderé éste arte...aunque seguro que hay muchos humanos que tampoco lo hacen.
Una vez, en un café, mientras Kafka se comía una ensalada oí hablar del novecentismo. Sus escritores son muy intelectuales y europeístas y ante todo buscan el arte. ¡Oh, el arte!
A éstos los llaman la generación del 14, el que mejor me cae es Juan Ramón Jiménez, es un tipo simpático y viví una temporada en su casa, pero eso es una historia para más tarde.
Las novelas de esta corriente suelen estar escritas en lírica, o eso dicen quiénes me las leen...lo de no tener pulgares me impide pasar las páginas, y como he podido apreciar su lírica es muy descriptiva y siempre tiene algún sentido oculto.
Juan Ramón Jiménez es muy amigo de un tal Ramon Gómez de la Serna, al menos de frente, y dícese que ha creado algo llamado greguerías.
Los de la generación del 27 también me caen bien, sobre todo Lorca, ¡con él viajé a Nueva York! Aunque me metió en la bodega de un barco...
Dícese que se les llama así porque se reunieron en 1927 para conmemorar la muerte de un escritor de inmensa nariz... ¿Gárgola? ¿Górgora? ¡No! ¡Góngora, así se llamaba!
Éstos no se conformaban con imitir la poesía desnuda y el arte deshumanizado sino que además incorporaron nuevos elementos a la poesía.
En ésta generación está Alberti, un tío majete que escribió una novela en la que habla de lo que echa de menos el mar, de lo cruda que es la soledad y como siente aquella nostalgia mientras recuerda su infancia y muchas otras etapas de su vida, Marinero en tierra se llamaba.
Alberti y Guillen a veces discutían y bebían hasta altas horas, el primero porque el segundo era mejor que él y el segundo porque no creía eso... Váyase usted con su humildad, Guillen.
Lo bueno se hace esperar, ya os lo dije, y ahora os contaré mis andanzas con Juan Ramón Jiménez, máximo representante de la generacion del 14.
Jiménez cuéntome que nació en Moguer, bendito nombre para un pueblo, y marchose en 1916 a Estados Unidos con su bandera y sus estrellas.
Allí se casó con Zenobia y regresó a España en plena Guerra Civil; un tipo listo, sí.
En 1956 recibió un Nobel, al parecer es un premio de prestigio aunque nunca entendí que sentido ni valor tiene una simple medallita.
Los otros poetas me contaban maravillas sobre él mientras acariciaban mi lomo. Decían que sus obras se dividían en tres grandes etapas, aunque yo nunca entendí porqué etiquetar el arte de un hombre.
La primera era la etapa sensitiva, la cual era muy moderna y destacaba por la sonoridad de sus versos y la enorme simbología que este usaba. Su poesía tenía muchos adjetivos y era en gran parte musical.
Tuvo su etapa de dárselas de listo, como todos, su etapa intelectual, en la cual se destacaba la desnudez de su poesía tratando ahí temas más complejos como la vida, la muerte, la existencia... Y dándoselas de amo y señor del mundo, y con razón.
Tuvo una etapa que llaman verdadera, ¿pero qué pasa? ¿La demás fueron de mentira?
A esta etapa pertenecen los libros del autor escritos durante su exilio en Amérriiicaa en los cuáles busca perfecció y belleza. Mi novela favorita de ésta etapa En el otro costado, pero sin lugar a duuuuuuudaaas mi favoritísima es una que escribió en la etapa sensitiva y es la del burro. Se llama Platero y yo y cuando vivíamos juntos él me la leía todas las noches hasta que me dormía.
Como os he dicho también viví con Lorca, el cuál nació en Fuente Vaqueros (curioso, pues nunca vi ni un vaquero allí).
En el 19 se fue a Madrid, a una residencia de estudiantes bohemios de allí y en esa época conoció a la mayoría de los autores de su generación, la del 27.
En el 29 viajó a Nueva York donde compuso unos poemas que se publicaron en un libro llamado Poeta en Nueva York.
El muy loco volvió a España y lo pilló la Guerra Civil... a él que le gustaba el morado y eso llamado rrepúbliica, pobrecito... En 1936 lo fusilaron en Víznar.
A éste también lo etiquetaban, pero no como verdadero, sino por sus dos obras más destadas.
La primera era Romancero Gitano, escrita en poesía popular en la que retoma las formas tradicionales españolas y tomo como temas recurrentes el deseo, la rebeldía y la muerte.
En ésta obra el poeta hace de los gitanos un pueblo mítico, símbolo de valores como la belleza, la valentía o la libertad.
La segunda etapa es la de Poeta en Nueva York en la que Lorca está muy influenciado por eso de lo que ya hablábamos antes, Las Vanguardias. Después de viajar a Nueva York el poeta compone unos poemas en los que habla de la miseria, el hambre y la injusticia social y para esto recurre a la libertad de los pájaros en su verso.




He escrito esto como si fuera un pequeño cuenta para estudiarme de una forma liviana y divertida este tema de literatura para uno de los exámenes finales que tengo el martes.
No es gran cosa, pero me ha parecido divertido publicarlo y quizás a alguien le sirva tanto como a mí.

                                                    Efímero.




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