martes, 26 de enero de 2016

De padres a hijas.

Hace poco se estrenó De padres a hijas, una película que quiero ver cuanto antes, pero eso no es lo que nos trae aquí, si no su versión a la española.
Ayer mismo pudimos contemplar como una de esas grandes celebridades de nuestro país, Paquirrí, llevaba a su hija a torear con él transmitiéndole los bellos valores de esa grandísimo arte que tanto veneramos en este país.
Muchos os preguntáis cuáles son esos valores, ¿no? Es muy fácil, yo os los diré por si no lo tenéis suficientemente claro.
El primero y seguramente el más importante es un gran respeto por la vida animal, porque claro, asesi...mat... (¡A tomar por culo, no encuentro un adjetivo que le quite importancia al asesinato!) a un toro delante de cientos de personas que aplauden como verdaderos energúmenos nos enseña unos grandes valores sobre respeto a la vida.
También está el gran valor de...de... No , ¿de no tener alma ni amor por los seres vivos? Podría ser uno de esos valores, sí.
Igual podríamos poner a nuestros hijos con el perro y uno de los cuchillos de la cocina, total, es el mismo caso.
No sé en qué clase de ambiente se criará esa pobre niña que aún está en su mayor etapa de socialización y aprendiendo lo que el día de mañana será su cultura, pero lo que es que esa pobre niña estará en un ambiente de irresponsabilidad (ya que si un padre expone a su hija ante un toro...), sin ningún respeto a los animales y con una escasa ética.
OJO, no es su culpa, si no de quiénes le rodean que no son más que meras lacras de la sociedad.
Dicho esto me despido, ya que decir algo más sería escupir más bilis de la necesaria y no quiero calentarme la boca para empezar a soltar más mierda de la necesaria.

Efímero.

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