domingo, 20 de diciembre de 2015

Star Wars - Episodio IV, V y VI.

Acabo de terminar de ver las tres últimas (aunque primeras en ser producidas) películas de Star Wars hace apenas tres minutos.
He de decir que sí, me han encantado. Me he sentido como el niño que ve por primera vez El señor de los anillos y se siente la persona más afortunada del mundo.
He reído, suspirado, gritado, alzado la voz e incluso he estado apunto de llorar.
Me he sorprendido con los efectos especiales (demasiado impresionantes para la época) y como compensaban lo que no podían hacer por la escasez de recursos (debido a la tecnología de la época), más de uno querría poder hacer eso teniendo el doble de presupuesto.
He empatizado con los personajes y sus actuaciones hasta el punto de sentirme otro más en el Halcón milenario.
He sentido como el imperio caía y una nueva y gran sociedad florecía en mi interior al final de la película y he amado a Darth Vader hasta el punto de que su muerte me ha entristecido.
Aunque eso sí, Yoda sigue dando el mismo mal rollo que en el primer episodio de la saga.
Dicho ésto me marcho, me marcho a asimilar las seis horas tan trepidantes que acabo de vivir aunque con todo y con esto no puedo catalogar a Star Wars de ser una maravilla, si no más bien una experiencia digna de ser vivida.
Que la fuerza os acompañe.

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