jueves, 9 de junio de 2016

END - Capítulo III - Parte 1.

III.


Junto al mar
las olas
y las luz de la luna
caída.







Denian cabalgó toda la noche, alguien habría salido tras ellos aunque al cabo de un rato les habría dejado de seguir o perdido de vista ya que este se internó en una gran y enorme alamada que conocía como la palma de su mano, había cazado allí de pequeña con su madre que lo había enseñado a usar un arco.
Era un sitio excelente para esconderse donde no habría nocturnos ya que estaban fuera de sus dominios y un gran río recorría una parte de este.
Denian paró a pocos metros del río, en un claro lleno de flores y verde hierba que el sol comenzaba a iluminar.
Ambos estaban cansados y casi no podían con su cuerpo, así que cuando el chico fue a recoger ramitas para recoger algo de leña y encender una hoguera con la que entrarían en calor Hannah se quedó dormida.
El chico la observó, tendida sobre el césped con su vestido verde y su pelo rubio cayendo sobre el suelo como si fuesen rayos de luz. La chica temblaba así que él se quitó la capa y la puso sobre ella, a modo de manta, después encendió la hoguera con un poco de pedernal.
El sol salió y el chico acabó durmiéndose apoyado contra el tronco de unos árboles, aunque sólo durmió un par de horas antes de despertarse por una mala pesadilla.
Soñó que Johan llegaba allí, empuñando el hacha de su padre y mientras ambos dormían este les cortaba la cabeza de cuajo.
Denian decidió refrescarse, después de comer seguirían con su camino, aún les quedaba para llegar a la capital aunque no sabía aún que haría con la chica. Era un peso sobre sus hombros con el que no había contado.
Una vez en la orilla del río comenzó a desnudarse, primero la pechera, después el cinto y por último sus pantalones a la vez que se quitaba las botas.
Internó su cuerpo en las frías aguas de aquel río y se sumergió, cuando salió su pelo ahora largo (no se lo cortaba desde que habían recuperado a Lady Straufs) estaba totalmente húmedo y así, cayendo como si de algas se tratase le hacía parecer un monstruo mítico.
El chico se echó el pelo hacía atrás y al girarse vio como unos ojos verdes le observaban en silencio, Hannah se había despertado.
-¿Qué te ha pasado en la espalda...? -preguntó la chica.
Hannah había estado observando la espalda de Denian, llena de largos cortes rectilíneos y ya cicatrizados de un color blanco que contrastaba con el moreno de su piel.
-En la orden nos entrenan así -dijo fría y tajantemente.
Denian recordaba sus primeros años de entrenamiento, tenía que luchar con otro de los guerreros de nivel séptimo y si perdía era castigado con seis latigazos.
El primer día, tras perder y recibir su castigo se echó a llorar sobre el regazo de su madre mientras que Johan y los demás caballeros se reían de él. En ese momento cayó en la cuenta de cuanto odiaba a los caballeros de la orden.
Hannah miró un poco hacia abajo y se dio cuenta de que el chico estaba desnudo por lo que se sonrojó y miró hacia el suelo.
-Lo..lo siento... -titubeó.
Denian rió fuerte y divertidamente e hizo un gesto quitándole importancia, después volvió a sumergirse. Cuando salió Hannah ya no estaba y él decidió salir y volver a vestirse.



Para los que os incorporéis ahora, recuerdo:
Ésta novela la comencé con motivo del NaNoWrimo y cuando llevaba unas 20.000 palabras la dejé ahí, en la estacada. No he vuelto a tocarla desde entonces, pero era y es una novela que uso para evadirme y escribir al boleo, con incongruencias incluso y seguiré haciéndolo apartir de ahora hasta terminarla y subiré una parte semanal, los jueves, hasta que me quede sin capítulos escritos o la acabe. También la subiré a Wattpad para los que prefiráis esa plataforma que tengo abandonada y cuando la termine definitivamente subiré un PDF con la novela completa al blog.
Disfrutadla sin buscarle mucho sentido, que es lo que hay que hacer con ella.
Añado:
Mi forma de escribir ha cambiado muchísimo, hace casi un año y además esta novela fue escrita sin cuidado, sin pulir, sin darle el cariño que merecía y espero algún día poder reescribir todo esto y darle el mimo que merece.
Aún queda mucho para que lleguemos a lo que escribí hace dos semanas, pero estoy deseando que lo veáis. 
PD: Espero poder traeros pronto algo en lo que estoy trabajando y que trato como a mi hijo predilecto, a ver si hay suerte y no pierdo la inspiración que tanto he esperado para retomarlo.

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