martes, 28 de abril de 2015

Madre noche.

Cae como la noche sobre mí, como aquella noche sin luna ni luz que ya lo hizo. 
Cae, cae sobre mí y ciérnete dejándome sin humanidad alguna, llevándote contigo cada leve ápice de mi baldía alma. 
Préstame tu ánima eterna, aquella que viene y va en la noche sin estrellas, quiero ser Efímero como ya soy pero siendo sin ser. 
Quiero que tu suave manto de oscuridad me ilumine, madre noche. Quiero que te lleves contigo cada hálito de vida que le quede a mi humanidad, a mi propia y vaga humanidad. 
Llévate contigo todo lo que traíste para mí, no dejas ni la más mínima esperanza aunque cada noche vuelvas con delicadeza para sumergirte en mi alma mientras vago entre las sábanas y Oniría. 
Marchítate como lo hace la vida de una mariposa cuando llega a su fin, marchítate como la flor que yace entre las páginas de aquel libro que reposa sobre mi estantería.

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