sábado, 28 de marzo de 2015

Xenia.

Lo siento Xenia, de verdad que lo siento. 
Siento todo aquello que te hice, siento cada sonrisa tuya que enturbié, siento cada ápice de ti que impregné de mi maldad y de mi impureza, lo siento.
Observo las grietas de mi techo con los ojos llenos de lágrimas y solo puedo pensar en todo ese daño que te hice, en todos aquellos estragos que causé en tu alma, en como hice que te volvieras loca de dolor. 
Ya sé que ahora mis disculpas y mis lamentos no sirven de nada, sé que todo ese dolor que te causé no tiene remedio, sé que jamás podré expiar mis pecados, sé que jamás podré olvidar ese que te hice.
No habrá noche en que el recuerdo de tus ojos llenos de lágrimas no pase por mi mente destrozándome, haciendo que odie cada pequeño rincón de mi ser. 
De verdad que lo siento, de verdad... 
No sé cómo pude hacerlo, no lo sé. No sé como pude herirte así, no sé como pude hacer que te cerrases, como pude hacer que huyeses.
No quiero que me perdones, no quiero si quiera que te compadezcas de mí, pero maldita sea, cuando vienes a visitarme, cuando vienes a verme y me encuentras así, débil y postrado a tu lado, simplemente te acercas a mí y me das ese suave beso en la frente mientras acaricias mi pelo, como si no hubiese pasado nada.
Sé que me quieres igual que yo te quiero a ti pero no merece la pena que vuelvas a mí...
Me han dicho que volveré pronto, que de nuevo estaré allí en casa, pero no es porque me esté mejorando, si no que... Casi estoy muerto.
Necesito que seas fuerte de nuevo, casi tanto como cuando te hice aquello. Necesito que vuelvas a cerrar los puños como aquella vez y que en tus ojos se refleje la ira, necesito que me odies cuando ya no esté.
Sé que te hice feliz, casi tanto como tú a mí, pero sé que todo el dolor que te causé, mi querida Xenia, supera con creces lo bueno. 
Sé que cada noche empapabas la almohada de lágrimas y por eso mismo me odio, por eso mismo te escribo esto, tómalo como mis últimas palabras.
Xenia... Sé feliz. Rehaz tu vida cuando me vaya, vuelve a vivir y olvídate de mí.
Gracias por cada instante, gracias por cada sonrisa, gracias por cada segundo.
Le he entregado esta carta a una de las enfermeras... Si estás leyendo esto significa que estoy muerto.


Erik.

2 comentarios:

  1. Hola! Me ha encantado esta entrada, me he emocionado un poco leyéndola. Te felicito :)
    Besos!

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  2. ¡Hola!
    Una entrada muy bonita, bastante triste, me ha emocionado un poco, pero me ha encantado, escribes genial *-*

    PD: Vengo de Fanbooks y ya te sigo :)

    Besos!! ^^

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