Podría decirte miles de cosas, que sigo enamorado de ti, de tu risa, de cada pequeña manía e imperfección que te hace única... Podría escribirte centenares de palabras bellas, las más bellas que jamás haya escrito este corazón, pero, ¿de qué serviría?
Eres esquiva y complicada, confusa y causante de mis diez desidias angelicales.
Sí, diez. Diez desidias que acaban día a día con mi alma, que la destrozan.
Me gustaría poder hacerte sonreír, poder hacerte feliz cada día que pasa, pero simplemente me es imposible, y eso duele, duele mucho.
Te anhelo.
20/01/15
Efímero.
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