miércoles, 25 de marzo de 2015

Sonrisa.

Aquella sonrisa fue lenta y discreta entre cada uno de los pequeños recovecos de su alma y su rostro. Fue formándose con cuidado hasta convertirse en una de las sonrisas más bonitas que jamas hayas visto, y es que, esa sonrisa era verdadera.
Era enorme y única, era perfecta en todos sus aspectos, creo que ni con un millón de palabras lograría describirla a la perfección.
Esa sonrisa era asustadiza, tanto como un cervatillo herido.
No podías observarla más de medio segundo sin que esta huyese de ti y desapareciese de tu vista.
Eso la hacia única.

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